En este juego, el padre de familia da a su hijo un tema (por ejemplo, «vacaciones») y le pide que improvise una historia sobre el tema durante un tiempo determinado (por ejemplo, dos minutos). El padre de familia puede ofrecer algunas sugerencias para ayudar al niño a empezar, pero debe dejar que sea el niño quien construya la historia. Al practicar este juego de manera regular, el niño puede mejorar su habilidad para pensar y expresarse de manera fluida y creativa.